¿Qué vino elegir para el brunch?
A medio camino entre el desayuno y la comida, el brunch se ha convertido en un imprescindible del fin de semana. Su variedad de platos dulces y salados lo convierte en un auténtico terreno de juego para los maridajes. A diferencia de las comidas tradicionales, el brunch requiere vinos ligeros, accesibles y, a menudo, refrescantes: la idea es empezar el día con elegancia, sin sobrecargar el paladar.
He aquí nuestros consejos para elegir el vino perfecto que combine con su menú... y sorprenda gratamente a sus invitados.
Las reglas de oro para un buen maridaje
- Apueste por la ligereza y la frescura, tanto en el aroma como en el grado alcohólico.
- Elija vinos con poco tanino y madera.
- No dude en introducir burbujas: los vinos espumosos son los reyes del brunch.
Vinos espumosos: la opción ideal para todo
Ya sea festivo o relajado, el brunch combina a la perfección con un vino espumoso:
- Crémant de Loire o Crémant d'Alsace: alegre, floral, fácil de maridar con huevos, queso o bollería.
- Champagne Brut o Extra Brut: para una versión más chic, acompáñelo con salmón ahumado, huevos revueltos con trufas o una tabla de quesos finos.
- Prosecco o Moscato d'Asti: más afrutados, se adaptan mejor a la parte dulce de la comida.
¿Qué vinos blancos deben acompañar los platos salados?
Los platos salados típicos del brunch son variados: huevos, tartas saladas, bacon, queso, verduras a la plancha, etc. Lo mejor es optar por un vino blanco seco y vivo que no haya envejecido en barrica.
- Sauvignon Blanc (Loira, Nueva Zelanda): perfecto con una ensalada templada de queso de cabra o huevos escalfados.
- Chenin sec (Vouvray, Montlouis): para acompañar una quiche o verduras gratinadas.
- Pinot Blanc o Auxerrois: suaves y delicados, combinan bien con quesos suaves o jamón ahumado.
¿Qué vinos combinan bien con platos dulces?
Tortitas, granola, fruta fresca, pasteles suaves... Para acompañar esta parte del brunch, elija vinos con un dulzor sutil o aromas expresivos.
- Muscat sec o moelleux: para fruta, brioches o pasteles secos.
- Gewurztraminer demi-sec: excelente con platos dulces y salados (por ejemplo, torrijas con bacon).
- Rosado afrutado o clairet: atrevido con pasteles de frutos rojos.
¿Y por qué no un vino tinto?
Los vinos tintos tienen su lugar en el brunch, siempre que sean ligeros, afrutados y se sirvan ligeramente fríos (12-14°C). Combinan bien con platos como tostadas de aguacate y tomate, tortitas de patata o tartas de verduras.
- Gamay, Pinot Noir o un rosado potente serán sus mejores aliados.
Brunchs temáticos: algunos maridajes personalizados
- Brunch escandinavo (salmón, huevos, patatas): Champán, Crémant o Riesling seco.
- Brunch oriental (falafels, hummus, verduras a la plancha): vino blanco o naranja aromático.
- Brunch dulce (bollería, fruta, yogur): Moscato d'Asti o un espumoso semiseco.
Conclusión
Un brunch de éxito es un momento para compartir, dulce y creativo... que el vino adecuado no hace sino realzar. Los vinos espumosos siguen siendo una apuesta segura, pero no dude en adaptar su elección en función de los platos y de la temporada. Y para servir tus botellas a la temperatura ideal, incluso por la mañana, ¡una vinoteca La Sommelière es tu mejor aliada!